miércoles, 13 de octubre de 2010

creación literaria desde preescolar



Literatura y lengua
Hay un principio, casi axiomático, según el cual no puede enseñarse la lengua sin el concurso de la literatura. No es cierto, no obstante, que la literatura represente la lengua viva. La lengua viva está mucho más presente en la conversación y en la actividad humana que en la literatura. La literatura, como lengua escrita, siempre es convencional. Y, aun en los casos en que pretenda reproducir la conversación habitual -como sucede en el teatro- no deja de estar sometida a un grado de convencionalidad y de manipulación mayor que el de la lengua oral y coloquial.
Cualquier tipo de aproximación a la literatura con objetivos lingüísticos tiene que aceptar estos supuestos. Lo que nos lleva a concluir que hay una lengua viva oral y una lengua viva escrita. De la misma forma que hay una lengua muerta, que puede ser oral o escrita, aunque es más difícil que lo sea la oral.
La lengua escrita tiene notables ventajas sobre la lengua oral desde el punto de vista del aprendizaje:
    - La delimitación del entorno de las palabras y la separación de las mismas plantea bastantes dificultades en el lenguaje oral. Piénsese, por ejemplo, en el efecto fonético de las sinalefas. Esto tiene difícil solución en Preescolar, salvo con el recurso al lenguaje bebé. Sólo cuando el niño llegue a la lectura empezará a vislumbrarse la solución. - La lengua escrita a menudo sirve de corrección o de fijación de la lengua oral; situaciones vacilantes, sobre todo en el aspecto fonético, quedan disipadas en la lengua escrita. - Desde el punto de vista morfosintáctico las exigencias de la concordancia no solamente afianzan los morfemas de los nombres y adjetivos y las flexiones verbales, sino que destacan más claramente la relación entre las palabras y sus funciones en la frase, cosa de la que se empieza a tomar conciencia en el Ciclo Inicial y se afianza en los sucesivos. - La colocación de las palabras en contextos nuevos, ajenos a la experiencia directa del niño, aporta nuevos rasgos a las palabras, con lo que se amplía y perfecciona el vocabulario del niño.

La lectura